martes, 22 de marzo de 2011

La condena de ser peatón

Por Rodrigo Díaz
publicado por Pase Usted

Lo peor de los peatones del DF es la facilidad con que aceptan su condición de inferioridad. Tímidos en las esquinas, corren para cruzar la calle como pidiendo perdón, deshaciéndose en disculpas y reverencias por haber osado interrumpir el paso de los señores automovilistas. No es más digna la vida de los que se rebelan contra el sistema: usualmente protagonizan las portadas de periódicos sedientos de sangre derramada en el pavimento.
El transeúnte capitalino tiene razones de sobra para sentirse ciudadano de segunda clase. Aunque los viajes en automóvil constituyen sólo un tercio de los que se realizan en la ciudad, la mayor parte de las políticas de transporte urbano giran en torno a satisfacer sus demandas. Del presupuesto público ni hablar. La señal es contundente: el dueño de la ciudad es el que maneja en ella. Por eso hay algo de vergüenza en eso de ser peatón, situación asumida más bien como una etapa previa al estado superior de conductor. Más que una opción, caminar resulta una condena.

En países más ricos la situación es totalmente inversa. En Europa, donde hay más automóviles per capita que en México, la gente los ocupa mucho menos. Allí, para desplazarse en la ciudad sus habitantes prefieren caminar, pedalear o usar el transporte público, medios más razonables en urbes que han mantenido su escala humana a través de los siglos. El estado pone su parte: construye banquetas tan atractivas como seguras, elimina estacionamientos en superficie, establece vías urbanas de paga, y lejos de subsidiar la gasolina, la grava con fuertes impuestos. Allá el que goza del mayor estatus social es el peatón, visto como alguien sano y preocupado por el medio ambiente. Si hasta los norteamericanos están volviendo a un modelo de desarrollo urbano que privilegia la escala peatonal. ¿Cómo se combate la congestión en Nueva York? No levantando segundos pisos, sino haciendo peatonales vastos sectores de la ciudad, construyendo ciclovías e implementando corredores exclusivos para transporte público.

Las ciudades en México no resisten el actual modelo de desarrollo basado en las necesidades vehiculares. Fomentar la creación de una cultura peatonal es un paso fundamental para cambiar este modelo, y para ello se requiere no sólo la construcción de espacios más amables con la caminata, sino también el surgimiento de una nueva generación de transeúntes, consciente de sus derechos y orgullosa de defender un modo de desplazarse que es también un estilo de vida.

Rodrigo Díaz
Arquitecto PUC, Master in City Planning MIT
@pedestre
ciudadpedestre.wordpress.com

viernes, 4 de marzo de 2011

Carta abierta a los jueces

Estimados amigos integrantes de agrupaciones vecinales de diversas zonas de la ciudad:

Ante la situacion caotica que se genera con las sentencias judiciales que amparan a desarrolladores inmobiliarios y en los hechos invalidan la ley de desarrollo urbano y los planes parciales de desarrollo, en perjuicio de la comunidad, se ha elaborado una carta abierta de reclamo al poder judicial para que en sus sentencias tome en cuenta el interes de la comunidad en su conjunto, que es la tercera perjudicada de las deciciones judiciales que eximen a un particular de la aplicacion de la normatividad que obligan a todos.

Mientras mas agrupaciones vecinales se sumen a este reclamo, mas posibilidades tenemos de que se modifique la conducta perversa observada hasta ahora por parte de los jueces.
Los invito a que se sume a esta accion y envien sus cartas siguiendo el modelo anexo. Haganlas llegar a Paula Arizpe directamente para que sea ella quien se encargue de entregarlas

Archibaldo Hope S. M.
Salvo Lomas Chapultepec, A.C.
Presidente
asociacionsalvolomas@gmail.com
www.salvolomas.org

CARTA ABIERTA


A LOS MIEMBROS DEL
PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN
PODER JUDICIAL DEL DISTRITO FEDERAL
P R E S E N T E S


Los ciudadanos del D.F. nos sentimos profundamente defraudados por quienes lejos de velar por el interés del bien común, otorgan amparos a quienes de forma reincidente violan la ley en detrimento de los derechos de todos los ciudadanos, permitiendo y estimulando los actos de corrupción administrativa hacia el interior del Gobierno del Distrito Federal.

Los encabezados en los principales diarios capitalinos, dan evidencia del profundo desorden en el que se encuentra la capital del país en materia de uso de suelo. El uso de suelo es el elemento que debiera servir para el ordenamiento de la ciudad y como factor de certidumbre jurídica para nuestro patrimonio. Sin embargo, dista mucho de serlo. Los vecinos llevamos ya décadas padeciendo del incumplimiento de la ley en este rubro, disfrazando las violaciones con documentación apócrifa, incumplimiento en las solicitudes ciudadanas de verificación de obras e inclusive acoso a quienes se atreven a denunciar. Se han creado mafias de corrupción formadas por “vecinos” que venden su firma, funcionarios de instancias gubernamentales y jueces que poco a poco han ido destruyendo el concepto de desarrollo urbano, poniendo los usos de suelo al alcance del mejor postor.

Como respuesta al clamor social de respeto a la ley surge el INVEA para actuar como mecanismo de mitigación de este MACROCAOS. Algunos ciudadanos crédulos pensamos que, por fin, se empezaría a contener el desorden de corrupción. Un serio intento de desenmarañar la madeja, ha llevado a conjuntar acciones de PAOT, SEDUVI, e incluso la PGJ, para darnos cuenta de que pese al supuesto esfuerzo de todas estas instancias, basta un amparo concedido al que viola la ley, no para acatarla sino para estar por encima de ella, y hacer lo que le venga en gana, atropellando los derechos de los demás ciudadanos.

¿Quién vela por el bien de los ciudadanos?

Cuando la autoridad administrativa conculca el derecho ciudadano por atender a un interés particular, la SOCIEDAD en su conjunto y en particular los Comités Ciudadanos y Asociaciones Civiles, deberían ser considerados desde el punto de vista Jurídico como terceros perjudicados ante la autoridad jurisdiccional para poder acreditar el DAÑO general por encima del interés particular, en el que cohabita la CORRUPCION administrativa y el interés particular.

Señores jueces, la pregunta que hoy les hace la sociedad civil es muy simple: ¿Seguirán la senda clara que marca la ley, o seguirán interpretándola ad libitum? ¿Debemos enseñar a nuestros hijos que el que rompe las reglas se sale con la suya? ¿Qué tipo de sociedad estan forjando? ¿De qué sirve luchar contra la inseguridad si el poder judicial la propicia desde sus bases?

Sus señorías, cuando conceden un amparo, nunca aparece señalado como tercero perjudicado el Comité Vecinal, o las Asociaciones de Vecinos, llámeseles como se les llame a la figura que representa los intereses vecinales, deberían ustedes de poner atención y no resolver sobre las rodillas, y pensar que el tercero perjudicado en los amparos que se solicitan, siempre lo es el vecino inmobiliario, el de la casa de junto, manzana, barrio o colonia, y es a quien deberían de notificar la interposición del mismo, a efecto de que aporten los elementos de prueba que siempre obran en su poder, y que dejan al descubierto los claros y fehacientes actos de corrupción de las diferentes autoridades que intervienen en el otorgamiento de los permisos o licencias de construcción.

Eso, SEÑORES JUECES, sería cumplir con legitimidad la función que el Poder Judicial les ha conferido, ya es tiempo de que empiecen a velar por que la justicia se apegue a los verdaderos intereses de la sociedad en su conjunto, y no de un particular o de una autoridad administrativa corrupta.

iEstan en la mira, sus señorías!